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5. Visualizar un refugio interior

    Una de las prácticas más poderosas es la creación de un espacio mental al que siempre podemos regresar.

    Visualización del Refugio Interno:

    1. Cierra los ojos y respira profundo.
    2. Imagina un lugar donde todo está en calma: puede ser un bosque, una playa, una habitación sagrada.
    3. Observa los detalles: ¿qué ves? ¿qué aromas hay? ¿qué sonidos suaves te envuelven?
    4. Repite mentalmente:
      “Este es mi espacio. Aquí nadie puede herirme. Aquí me regenero.”
    5. Refúgiate allí cada vez que necesites volver a tu centro.

    Importancia: Este espacio interno funciona como punto de anclaje energético, especialmente útil antes o después de interacciones demandantes.

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